¡Tu carrito está actualmente vacío!
El caballero perfecto
Hola. Hacía tiempo que no pasaba por aquí. La verdad que he estado liada visitando de un lado a otro y viendo como se van a filtrar más cositas de mi vida pasada.
Creo que dije anteriormente que algunas personas se dieron por aludidas a la luz de la novela que habla sobre mi vida, pero hay una personita en concreto que se ha sentido todo un héroe. Y aquí vengo yo a desmentirlo.
¡Ay! Mi querido Raúl… Por ahí dicen las malas lenguas que vas diciendo que siempre seré el amor de tu vida aunque no esté en este mundo. Pero te equivocas, si estoy, estoy en los alrededores de todas las personas que un día fueron parte de mi. Y tú, querido, ni tan bueno te creas que fuiste.
¿Qué es eso que me protegías de mi ex violento? ¿De verdad vas diciendo que aún tienes fotos mías? ¿O qué la razón de tu ruptura fue que me amabas y no que habías dejado embarazada a otra? Que de esa ya hablaremos…
Si, si. Que curioso, un bebé. Todo un ejemplo de responsabilidad paternal y varonil para hacerte cargo del bebé de tu amante de una noche con la que me engañaste cuando unos meses anteriores me obligaste a abortar. Ojalá esta parte hubiese sido publicada en la novela, quizás así no te habrían hecho quedar como un buen chico.
¡Qué familia tan bonita! Y además decidiste presentármela en mi tumba.
Puede que no lo recuerdes pero yo nunca lo olvidaré y sé que lees estos artículos. Las últimas navidades que pasamos juntos te di la noticia de que estaba embarazada. Era obvio que estaba asustada, pero esperaba un poco de apoyo por tu parte, ¿y qué hiciste tú?
Al día siguiente, tu familia adinerada ya había concertado y pagado una cita para el aborto. No me dejaste siquiera ir a mi médico para ver otras soluciones, dejaste que el pequeño se formase lo suficiente para poder operarme y así “evitar un susto”, dijiste.
Que gran caballero fuiste conmigo Raúl. Siempre el amor de mi vida…
Quizás si hubiese estado sana mentalmente, no habría ido a buscarte para intentar volver contigo y, solo quizás, ahora estaría aquí físicamente.
Siempre creemos que va a haber más tiempo hasta que termina, hasta que la realidad nos hace ver que el tiempo no espera por nadie y que las oportunidades perdidas no vuelven.